Tu rostro se ha vuelto una imagen prohibida.
Ya nadie te recuerda.
Yo comienzo a olvidarte.
Tu voz me susurra
cuando intento explicarles a todos
que no estoy loca.
Tu mirada es el símbolo perdido
de mi gran amor
no realizado.
La suerte no mira a mi lado.
No sé si me fui contigo
o si en realidad nunca he estado.
Joven y confundida
o confundida por joven.
Aun no acepto la magnitud de mis años.
Al pronunciarlos suenan pocos
pero son todos los que tengo,
todos míos,
y los últimos te los he dedicado.